Nicaragua, (abr. 2016).– Elizabeth Peralta tiene 28 años y está a punto de dar a luz a su tercer hijo. Reside en una zona rural de la localidad de Pantasma, una región montañosa del centro de Nicaragua, donde viven 52.801 personas. De ellas, 15.761 son mujeres en edad fértil, las cuales dan a luz cerca de 1.400 bebés al año. Pantasma es una de las regiones más pobres de Nicaragua, donde la Iniciativa Salud Mesoamérica, junto con el Ministerio de Salud de Nicaragua, están desarrollando sus operaciones desde el año 2012 con el objetivo de mejorar el acceso a la salud del 20% más pobre de la población, especialmente mujeres y niños.
A la situación de pobreza que sufren gran parte de los habitantes de esta localidad, se le suma la dispersión de su población, que se distribuye por cientos de pequeñas aldeas, algunas de ellas, situadas a más de dos horas de camino en vehículo todoterreno de la principal ciudad, donde se encuentra el hospital.
Por ese motivo, cada mes Elizabeth Peralta, al igual que más de 90 mujeres, deciden pasar las semanas finales de sus embarazos en la casa materna de Pantasma, construida por el gobierno nicaragüense en el mismo complejo hospitalario. La Iniciativa Salud Mesoamérica financia, mediante un sistema de vales, el transporte, la estancia de la mujer y la de un familiar, la alimentación, así como una canastilla que incluye pañales, ropa y otros elementos de primera necesidad para la madre y el bebé después del parto.
Una situación parecida se vive en la región de la Dalia, también situada en la montañosa región central de Nicaragua. El 84% de sus 72.200 habitantes vive en áreas rurales, alejadas en varias horas de camino en coche de la principal ciudad. Es el caso de Reina Calero, que vive en una comunidad situada a más de dos horas en coche del principal hospital de la Dalia. Calero dio a luz a su hija el pasado 18 de abril en el hospital y recomienda ahora a todas las mujeres acudir con tiempo a las casas maternas.
La doctora Luna, directora del Hospital de la Dalia, se muestra convencida de que las casas maternas creadas por el gobierno de Nicaragua, y el sistema de vales financiados por la Iniciativa Salud Mesoamérica, están jugando un importante papel en la reducción de la muerte materna en estas comunidades. “Ahora la mayoría de las mujeres acuden por su propia iniciativa a las casas maternas antes de dar a luz. Eso lo hemos conseguido gracias a que en cada comunidad hay un líder comunitario y una partera capacitados para detectar y dar seguimiento y asesorar a las mujeres embarazadas”, explica la doctora Luna, que reconoce que las tasas de muerte materna en la región de Dalia han pasado de 7 casos al mes hace cinco años, a sólo un caso el pasado año y ninguno en el presente 2016.