Chiapas, México (22 ago. 2014). - Cincuenta y cuatro kilómetros. Esa distancia es la que tiene que recorrer una mujer embarazada de Palo Negro, Chiapas para llegar al hospital más cercano en Tila. Pareciera una distancia corta, si se tuviera una carretera y un automóvil, pero ese no es el caso. El camino hacia Tila es accidentado, largo y difícil. El trayecto al hospital lleva al menos cinco horas, pero viajar en transporte privado cuesta alrededor de 1.000 pesos (aproximadamente 76 dólares). Para los 72 habitantes de Palo Negro esto es una cantidad considerable ya que viven de agricultura de autoconsumo. Quizás esto explique en parte porque las mujeres de Palo Negro generalmente tienen sus partos en casa con ayuda de una partera. Para un parto normal esto no representa ningún problema, pero cuando existen complicaciones la vida de la madre y el hijo pueden correr peligro ante la dificultad de acceso a la atención médica.
Esta es la realidad de muchas mujeres en las zonas más pobres de la región donde la Iniciativa SM2015 concentra sus esfuerzos. Por ejemplo, en el caso de México, sólo el 36 por ciento de los partos en los municipios más pobres del estado de Chiapas ocurren en instituciones de salud. Una baja tasa de parto institucional está asociada a una mayor mortalidad y morbilidad materna y neonatal de acuerdo a estudios internacionales. Aunque son muchos los factores que explican el escaso uso de los servicios de salud para la atención de parto –entre los que se incluyen factores sociales, culturales o familiares– destaca también el alto costo del transporte. Recientes estudios identifican el precio del pasaje y las largas distancias como una barrera importante que condiciona su uso.
«El precio del transporte y las largas distancias condicionan el uso de los servicios de salud y son barreras importantes que hay que superar»
Es por ello que en el marco de la Iniciativa SM2015 se está generando evidencia sobre si políticas que reduzcan el costo de transporte a unidades médicas con nivel resolutivo para la atención del parto pueden aumentar el uso de servicios de salud maternos. Para ello se está llevando a cabo dos pilotos de vales de transporte para la atención del parto: uno en Nicaragua y el otro en el estado de Chiapas, México. El piloto de Nicaragua otorga vales de transporte para atención prenatal de calidad en centros de salud y para el parto en instituciones de salud, además de vales para la estancia en casas maternas algunas semanas previas al parto y algunos días posteriores. Estos vales se entregan a mujeres embarazadas elegibles en los municipios de Bilwí, Jinotega, Matagalpa y Minas que viven en comunidades a 4 horas o más del centro de salud más cercano. Por su parte en Chiapas se está llevando a cabo una prueba operativa en los municipios de Tila y Yajalón donde se entregan ya sea vales de transporte para la atención del parto y post-parto a embarazadas o bien cupones a las parteras para que acompañen a las embarazadas a su cargo a la atención del parto cubriendo el costo de transporte además de un incentivo para las parteras.
Para determinar si los esquema de vales que se están llevando a cabo en los pilotos son instrumentos de política costo-efectivos para incrementar el uso de servicios de salud materna, se diseñó una metodología de evaluación experimental, donde aleatoriamente se asignaron algunas comunidades para recibir los vales o cupones y otras a control. Esta metodología de evaluación es comúnmente utilizada en medicina para evaluar la efectividad de tratamientos y medicamentos y es considerada el modelo de referencia para la evaluación de impacto. Los resultados de las evaluaciones de estos dos pilotos proveerán evidencia que podrá ser útil para los ministerios de salud de la región así como para la comunidad científica internacional. Se espera que los primeros resultados estén disponibles para principios del 2016.