La prematuridad y la asfixia al nacer provocan anualmente cerca de 3 millones de muertes en recién nacidos en todo mundo. Cientos de miles de niños podrían seguir viviendo si les llegara a tiempo la ayuda necesaria para seguir respirando y llenar de aire sus pulmones.
Un innovador respirador desarrollado por el Laboratorio de Innovación de Salud Global del Hospital General de Massachusetts permite aportar ese aire necesario para dar aliento y mantener con vida a miles de niños. Y lo mejor de todo, su fabricación apenas cuesta 50 dólares, frente a los 12.000 dólares que puede llegar a costar un respirador convencional.
El Dr. Thomas Burke, director del laboratorio de Massachusets que desarrolla esta innovación, participó, junto a otros miembros de su equipo, el pasado 20 de febrero en una presentación en el Banco Interamericano de Desarrollo, donde explicó las características de este nuevo modelo de respirador, los resultados de su implementación en algunas zonas de África y La India y su potencial utilización en otras áreas del mundo.
Según el Dr. Burke, la clave de este costo efectivo respirador reside en dos elementos: el primero que no necesita una conexión eléctrica para su uso y el segundo, en el diseño de una pieza capaz de mezclar de manera personalizada el aire y el oxígeno que necesita cada paciente.
Los aparatos de ayuda a la respiración tradicionales, además de su alto costo (superior a los 12.000 dólares), no pueden ser utilizados en zonas rurales o económicamente rezagadas debido a que necesitan tener un acceso continuo a fuentes de suministro eléctrico que no sufran cortes. Hasta la fecha, la alternativa a estos respiradores consistía en la administración al bebé de oxígeno a través de un dispositivo de presión positiva que se aplicaba de manera directa a las vías respiratorias. Sin embargo, la administración directa de oxígeno puro puede provocar al bebé daños en los pulmones, los ojos o el cerebro.
El nuevo aparato desarrollado por el Laboratorio de Innovación de Salud Global del Hospital General de Massachusetts funciona alimentado por un dispositivo de presión positiva de oxígeno, por lo tanto, no necesita estar conectado a ninguna fuente eléctrica. Sin embargo, el oxígeno no se le aplica de manera directa al recién nacido, si no que pasa por un pequeño circuito que incluye un filtro de aire, un humidificador, un pequeño tanque de agua para garantizar la presión necesaria y una pieza que permite graduar la proporción de aire y oxígeno que necesita el paciente. De esta manera, el bebé puede estar recibiendo durante horas, sin ningún tipo de conexión eléctrica, la proporción exacta de aire y oxígeno que necesitan sus pulmones con las dosis más altas de calidad e higiene.
La implementación de este nuevo dispositivo en áreas rurales de Kenia y La India ha permitido ya salvar la vida de cientos de niños en estas zonas.
Este nuevo respirador no es la primera innovación costo efectiva creada por el Laboratorio de Innovación de Salud Global del Hospital General de Massachusetts. El equipo dirigido por el Dr. Burke ha ideado también un balón hidrostático intrauterino que permite detener las hemorragias postparto que acaban con la vida de miles de mujeres que viven en áreas rurales y económicamente rezagadas en todo el mundo. Este balón, fabricado con una sonda y un condón, tiene un coste inferior a cinco dólares. El Banco Interamericano de Desarrollo, a través de la Iniciativa Salud Mesoamérica, comenzó en el año 2017 a introducir esta innovación en Honduras, lo que ha permitido salvar la vida de cientos de mujeres que sufrieron complicaciones tras dar a luz.
Debido a la rapidez con que puede ser insertado en el útero, el balón ha salvado la vida del 100% de las mujeres con hemorragias leves o moderadas durante el parto y del 86% de las mujeres en estado avanzado de shock, según el precursor de este sistema, el doctor Thomas Burke.
El balón intrauterino también pretende reducir el número de histerectomías que se realizan a mujeres con hemorragias postparto, evitando así su consiguiente capacidad fértil.Este método en particular es una reinvención más barata, efectiva y rápida de otras técnicas de balón intrauterino que se han usado con anterioridad. Tiene la ventaja de poder ser ejecutado por personal de salud de cualquier nivel y ha sido implementado con éxito en 115 comunidades de la India, Nepal, Zambia, Tanzania, Sudán del Sur, Kenia, Senegal y Sierra Leona.