Honduras (08 jun. 2016). –La doctora Ritza Lizardo, jefa del Departamento de Servicio de Segundo Nivel de Atención de la Secretaría de Salud de Honduras, explica cómo han cambiado los procesos y la gestión del sistema sanitario de Honduras con el objetivo de reducir los casos de muerte materna e infantil. Tras cuatro años de trabajo, los datos corroboran el éxito de la estrategia que ha permitido reducir de manera notable el número de mujeres que mueren dando a luz en este país.
¿Cuáles son los principales retos de salud que ha afrontado Honduras en estos últimos cinco años?
Nuestro principal reto ha sido reducir la mortalidad materna. Para ello, el país ha venido tomando una serie de decisiones que han permitido reducir las cifras de mujeres fallecidas de manera considerable. Hace cinco años Honduras sufría una tasa materna que superaba las 108 mujeres fallecidas por cada 100.000 niños nacidos. Gracias al trabajo de estos últimos años hemos logrado reducirla a 74 casos por cada 100.000 nacimientos.
¿Qué medidas concretas han puesto en marcha para reducir la muerte materna en Honduras?
La principal medida fue la implementación de la estrategia de Reducción Acelerada de la Mortalidad Materna, Neonatal e Infantil (RAMNI). Este proyecto consistía en orientar a todas las unidades de salud del país (tanto del primer nivel, como del segundo nivel) a afrontar de manera coordinada este reto.
¿El cambio en la gestión permitió reducir la muerte materna?
Sí. Trabajamos para que el personal de los hospitales estuviera capacitado y formado para recibir y detectar aquellas mujeres que llegaban en situaciones críticas y de riesgo. Se reorganizaron los servicios internos y también se estableció un protocolo que medía 40 indicadores relacionados con el manejo y la aplicación de la norma en casos de complicaciones obstétricas y neonatales. Esos indicadores también nos permitían asegurarnos de que todos los centros disponían de medicamentos precisos para atender cualquier emergencia en cualquier momento.
Otra medida importante que aplicamos fue la de asegurarnos que toda paciente que llegara con una complicación fuera vista y atendida durante los primeros treinta minutos por un especialista y que recibiera el manejo adecuado.
Por último, establecimos unos comités de mortalidad materna y de mortalidad neonatal, donde se discutían y analizaban todos los casos con el fin de evaluarlos, aprender y mejorar la toma de decisiones.
¿Cómo ha influido la Iniciativa Salud Mesoamérica en este proceso?
La Iniciativa Salud Mesoamérica ha facilitado la puesta en marcha de este nuevo modelo de gestión de Salud. En primer lugar, porque nos ha facilitado los medicamentos, el material, las infraestructuras y los equipos necesarios para el correcto manejo de las complicaciones maternas y neonatales. En segundo lugar, nos ha permitido contar con un gestor de apoyo externo que facilita la compra de medicamentos y materiales. En tercer lugar, gracias a la Iniciativa Salud Mesoamérica hemos podido contratar a más personal para que los hospitales puedan cubrir todas las guardias durante todo el día.
También quiero destacar la colaboración de la Iniciativa salud Mesoamérica en la contratación de asistencias técnicas y de consultores que han ayudado a los hospitales en la implementación de la nueva estrategia. Esto ha permitido que los centros de salud mejoren los procesos y los procedimientos en casos de complicaciones obstétricas.