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Por José Amulfo Carcamo Mejía y Hugo Godoy. 

Artículo publicado originalmente en el blog Gente Saludable del BID 

 

Los trabajadores del centro de salud de Santiago de Puringla, localizado a 140 kilómetros al noreste de Tegucigalpa, atienden a una población de 5 500 mujeres en edad fértil. La mayoría de ellas vive en la pobreza. El 12 por ciento ni siquiera sabe leer ni escribir y un 17 por ciento todavía carece de una letrina en el hogar.

Sin embargo, la brecha social y económica no es el único obstáculo que enfrentan estas mujeres para acceder a unos servicios de salud de calidad. La distancia y la geografía siguen siendo en muchos casos la principal barrera. Médicos, personal de enfermería y auxiliares tienen que recorrer más de cuatro horas  por las montañas para llegar hasta sus pacientes embarazadas.