San José. Abril 2017
Prevenir el embarazo adolescente es un reto multidisciplinar que depende de diversas variables: acceso a métodos de planificación, consejería, escolarización, prevención de abusos o de la situación socioeconómica. Controlar y vigilar el cumplimiento de todos estos factores en cada adolescente de un país no es una tarea fácil. Sin embargo, el Gobierno de Costa Rica ha puesto en marcha una innovación tecnológica que, por primera vez en la historia, va a permitir comprobar de manera individualizada y en tiempo real si los adolescentes de este país reciben todos los servicios públicos necesarios para evitar embarazos a edades tempranas.
Desde el pasado mes de abril de 2017, con un solo click en el ordenador, un funcionario autorizado podrá saber si un adolescente costarricense ha abandonado la escuela, está recibiendo las becas y las ayudas que le corresponden, tiene acceso a métodos de planificación, ha participado en las charlas de consejería previstas…
Esta base de datos, llamada SINA (Sistema de Información Nacional Adolescente) ha sido creada por el Ministerio de Salud del Gobierno de Costa Rica y ha permitido unificar la información nominalizada de cada joven costarricense que hasta ahora estaba separada en cuatro instituciones diferentes: CEN-CINAI (Centros de Educación y Nutrición y Centros Infantiles de Atención Integral); PANI (Patronato Nacional de la Infancia); Caja de Seguro Social y Ministerio de Educación.
La base de datos, que garantiza la confidencialidad de la información de cada ciudadano, permitirá mejorar la calidad del servicio que se le presta a cada individuo y detectar si es necesario mejorar las medidas para prevenir el embarazo en un adolescente en concreto, una labor que hasta ahora resultaba casi imposible debido a la dispersión de la información.
En el caso de Costa Rica, el embarazo adolescente se ha convertido en uno de los principales desafíos para el país. Según datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), los nacimientos de mujeres de entre 10 y 19 años en el año 2015 fueron de 11.609, es decir un 17% del total de nacimientos. Esta cifra incluye a las 432 niñas de entre 10 y 15 años que fueron madres ese año en Costa Rica.
El embarazo a edades tempranas es un reto que no afecta sólo a Costa Rica, sino al conjunto de la región latinoamericana. El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) estima que América Latina y el Caribe es la región que tiene la segunda tasa más alta de embarazos adolescentes del mundo (alrededor de 70 nacimientos por 1000 mujeres entre 15-19 años) y calcula que un 38% de las mujeres se embarazan antes de cumplir 20 años.