La mayoría de los nuevos casos de malaria en Colombia se focalizan en la región pacífica, conformada por las entidades territoriales de Chocó, Valle de Cauca, Buenaventura, Cauca y Nariño. Es precisamente en esta área donde este año se prevé que den comienzo las operaciones de la Iniciativa Regional para la Eliminación de la Malaria (IREM), un proyecto en el que participan los países de Centroamérica, Colombia y República Dominicana. La IREM está administrada por el BID y cuenta con el apoyo financiero de la Fundación Bill & Melinda Gates, la Fundación Carlos Slim, el Fondo Mundial y los Ministerios de Salud de los países participantes. Además, el proyecto cuenta con el apoyo técnico de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Iniciativa Clinton para el Acceso a la Salud (CHAI, el Proyecto Mesoamérica y COMISCA.
La Iniciativa IREM está basado en un modelo de financiamiento basado en resultados que combina recursos provenientes de los donantes; recursos provistos por el país de su presupuesto ; y un incentivo condicionado al logro de las metas previamente establecidas. La IREM contempla invertir en Colombia un total de 11.130.688 dólares en los próximos cuatro años para eliminar la malaria en el país. De esta cantidad, el Gobierno de Colombia aportaría 7,2 millones y el resto sería aportado por los socios financiadores del proyecto.
En Colombia la malaria representa un problema de salud pública, debido a que cerca del 85% del territorio está situado por debajo de los 1.600 metros sobre el nivel del mar con condiciones climáticas, geográficas y epidemiológicas aptas para la transmisión de la enfermedad. Se estima que aproximadamente 10 millones de personas en el país se encuentran en riesgo de enfermarse o morir por esta causa en las cinco regiones eco-epidemiológicas: Amazónica, Andina, Atlántica, Orinoquía y Pacífica.
Actualmente los integrantes de la IREM están trabajando con los gobiernos de los países involucrados en la elaboración de los planes y establecimiento de metas, ambiciosas pero alcanzables. Entre las metas pactadas con los países, los gobiernos se han comprometido a alcanzar e identificar cada nuevo caso de malaria en menos de 48 horas después de los primeros síntomas y tratarlo adecuadamente en menos de 24 horas para reducir la transmisión humana. Lo cual es esencial para lograr la meta de la eliminación de la enfermedad.
El proyecto IREM se desarrollará durante un periodo de cinco años (2018-2022) con dos fases de ejecución. La primera fase finaliza en 2020 y tiene como objetivo acelerar el progreso para alcanzar cero casos de transmisión local. En el caso de Colombia los objetivos son alcanzar la eliminación de casos autóctonos en los cuatro municipios fronterizos con Panamá (Acandí, Juradó, Riosucio y Unguía), reducir en un 50% el número de casos de malaria no complicada y de malaria complicada, y en un 66% las muertes por malaria en los demás municipios priorizados (Atrato, Bagadó, Buenaventura, Lloró, Medio Atrato, Quibdó, Rio Quito y Tumaco).
La segunda fase finaliza en 2022 y busca garantizar que no se reestablezca la transmisión local. En el caso de Colombia, las metas para esta fase son evitar el restablecimiento de la transmisión en los cuatro municipios de frontera con Panamá, alcanzar la reducción en un 75% de los casos de malaria no complicada y de malaria complicada, y alcanzar la eliminación de las muertes por malaria en los demás municipios priorizados.